Todos los
"había una vez.." que hemos escuchado en la vida empiezan de manera sublime, tranquila y correcta. Esta no.
Porque este "había una vez..." comienza toda desordenada y turbulenta (?); se trata del día en que un blog literario vió la luz del día.
Nadie sabe cómo ni cuando pasó, con verdadera certeza. Lo único que se sabe es que desde el día en que Entre el olor de un libro viejo nació, todo cambió en la vida de la escritora de este espacio. Los horarios cambiaron, con las prioridades pasó lo mismo. Las tardes eran los momentos en donde Fernanda se sentaba a escribir cuanto se le pase por la mente, primero todo esto con un único fin: participar de un concurso.
Después las prioridades volvieron a cambiar un poco.
Todo el trabajo hecho hasta el momento daba sus frutos, aunque no muy maduros todavía, pero lo que más apasionaba a la escritora era el hecho de darse cuenta de que, lo que hacía, lo hacía ya por verdadero y pleno gusto. Allí todo se disparó de nuevo y el blog alcanzó a ser lo que hasta hoy día es.
¿Por qué hoy es el primer NO aniversario? La cuestión es simplísima.
Como dije, ni siquiera yo sé con certeza cuando abrí el blog, pero tomé este día como referencia, ya que un 06 de marzo del año 2014 escribí la primera entrada titulada "El primer libro" (una entrada corta, más o menos inspirada, con una fotografía horrible, que creo que hasta ahora me está dando vergüenza).
A veces pienso que creé el blog y el mismo día escribí la primera entrada, pero después de unos instantes me entra la duda de si lo creé un día antes de publicar esa entrada.
Muchas veces, como creo que pasa con más de uno, me parece difícil ser constante, pero pronto digo de nuevo "No podés dejar este sitio tan rápido, tenés que ser más constante" y vuelvo corriendo a publicar algo y aunque algunas veces el blog sufrió y quedó un poco estancado (por más de una razón), pronto se normaliza, así que agradezco a todos por la paciencia de leerme.
 |
Estas somos mi conciencia y yo cuando ella me dice que debo dejar el blog porque es muy malo. Fuente: Conciencia y yo. |