Combinar un libro

Un libro puede ser combinado con un buen café, viendo caer las hojas del recientemente llegado otoño.

A un libro lo combinan con la lluvia que se refleja por tu ventana, lo combinan con el invierno, con las cálidas sábanas,
con los calurosos días de diciembre de América del Sur o los agradables meses de septiembre.

Lo suelen combinar con la buena compañía, también con personas amadas... O que saben amar. En especial con personas que saben amar cada novela, saga, capítulo, verso y final de una aventura, de la aventura de la vida.

Pueden combinar un libro con largos días de estrés acumulado, noches de desvelos... Al libro que uno ama lo relaciona con madrugadas enteras en las que uno, sin darse cuenta, se ve muy lejos del autocontrol y del sueño.

Lo pueden combinar con diversos sentimientos infaltables; el amor, la amargura, el terror, la locura, la pasión. Esos sentimientos infalibles para cada autor en obras que ven la luz del éxito.

Cuántas formas más las podré enumerar y armar un sin fin de frases con ellas.

Sin embargo, a un buen libro se le suele acompañar de todo lo que se les pueda ocurrir, de mentes soberanas con inagotables ganas tanto de leer como de escribir... Pero nunca, nunca en verdad, intenten combinar a un buen libro con mentes cerradas e incapaces de apreciar tan gran arte. Ese tipo de mentes, son la peor combinación que se les puede ocurrir.

Fernanda Chamorro Hermosa.
(Escribo cosas así, en momentos de inspiración increíbles).